El agua como idea estructurante de políticas de uso de corte neoliberal ha sido concebida en diferentes momentos como elemento químico, materia prima, mercancía, bien o recurso. No obstante parece ser que estas concepciones han proscrito al agua de su dimensión simbólica, de su importancia para los pueblos del continente y de su posibilidad de acceso democrático y publico. El manejo del agua ha estado asociado directamente a grandes megaproyectos multinacionales donde quedan al margen las comunidades que históricamente han preservado y cuidado las cuencas y los nacimientos acuíferos, que son hoy nacimientos de dinero y concesiones. Por tal razón reivindicar el Derecho al Agua es fundamental para restituirle su sentido mas esencial, el de ser productora de vida, el de ser la madre de nuestra historia y la mas grande habitante de este planeta.
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