El negocio de agua embotellada en Colombia

martes, 1 de diciembre de 2009

Guelly Auza Barrón


El agua es un bien al que todos tenemos el derecho de acceder. Según declaró la Comisión de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU en el año 2002: “El derecho humano al agua potable es fundamental para la vida y salud. Suficiente y potable, el agua es una condición para la realización de los derechos humanos”.

El derecho al agua y las obligaciones del Estado en su realización están establecidos en la Constitución y en las normas dispuestas en los instrumentos internacionales sobre derechos humanos, ratificados por Colombia. Sin embargo, actualmente tanto la cobertura como la calidad del agua no están siendo garantizadas plenamente por el Estado.

En relación a la cobertura, según la encuesta de calidad de vida que realizó el DANE en el año 2003 , de los 11.194.108 hogares encuestados en las diferentes regiones del país el 75,9% tienen el acueducto público como fuente de aprovisionamiento de agua para preparar los alimentos, el 9,6% se aprovisionan por acueducto comunal o veredal y el restante 14,5% por otras fuentes (pozos, agua lluvia, ríos, agua envasada, etc.). En general el acueducto público abastece las cabeceras de cada región, pero en la zonas rurales son los acueductos comunales u otras fuentes alternativas las que abastecen de agua a sus pobladores (véase tabla 1). Las regiones menos atendidas por el acueducto público son la Pacífica (no incluye el Valle del Cauca), con una cobertura del 45,8% de hogares, y San Andrés y Providencia, que sólo abastece el 18,6% de los hogares.

Con respecto a la calidad del agua, el informe de la Defensoría del Pueblo “Diagnóstico sobre calidad de agua para el consumo humano” (2006) concluye que no se suministra agua apta para el consumo humano en el 84% de los municipios analizados . La mayor deficiencia se presenta en los parámetros fisicoquímicos, puesto que se incumple la norma en el 83% de los municipios y que los resultados microbiológicos presentan deficiencias en el 76% de los casos analizados.

Los departamentos con el mayor número de municipios en donde se suministra agua apta para su consumo son en su orden: Quindío (76,9%), Caldas (59,3%) y Valle (55,3%). En el resto de departamentos no se surte agua segura para su consumo en la mayoría de los municipios que lo conforman. Incluso, en los departamentos de Amazonas, Arauca, Bolívar, Caquetá, Casanare, Cesar, Guainía, La Guajira, Guaviare, Meta, Nariño, Putumayo, Risaralda, San Andrés, Santander, Vaupés y Vichada no se abastece de agua segura en ninguno de sus municipios .

Tabla 1. Hogares por fuente de aprovisionamiento de agua para preparar sus alimentos

n.d. no disponible
Fuente: DANE – elaboración propia

Por otro lado, en los últimos años el gobierno ha promovido la participación privada en el servicio de agua potable con el propósito “de mejorar la cobertura y calidad” de este. Las principales privatizaciones que se realizaron en el sector fueron: en Cartagena con Aguas de Barcelona; en Montería se adjudicó un contrato de concesión a la empresa Proactiva, Aguas de Montería; en Tunja, Santa Marta y Maicao se realizaron procesos de vinculación de particulares a la prestación de los servicios . Sin embargo, como vimos en los anteriores párrafos, la situación no ha cambiado y los problemas subsisten.

Grandes inversionistas y compañías atraídas por las ganancias que genera el mercado del agua mueven lobby poderosos que influyen en las políticas de muchos gobiernos con el fin de promover la privatización del servicio hídrico y del mismo recurso. Según afirma Ruth Caplan “las corporaciones están montando un doble ataque. El primero consiste en exportar grandes volúmenes de agua embotellada, y el segundo, en acaparar los servicios de agua municipal, en forma directa o por medio de contratos a largo plazo”. Colombia, uno de los países más ricos en recursos hídricos del mundo y un gobierno proclive a las privatizaciones, es sin duda muy atractiva para los empresarios privados y las grandes multinacionales.

El incremento del interés privado en el negocio del agua, junto a los persistentes problemas de cobertura y calidad en el suministro de este recurso, han favorecido el crecimiento de la industria embotelladora de agua en el país. El negocio del agua embotellada es uno de los más rentables del mundo, ocupa entre el segundo y el tercer lugar entre las mercancías que más dinero mueven. En el año 2004 en Colombia representó 217.659.799.148 pesos colombianos, aproximadamente 90 millones de dólares .

Actualmente existen 724 registros vigentes de empresas fabricantes de agua embotellada en el INVIMA. Las ciudades que más empresas de este tipo tiene son: Bogotá con 100 empresas registradas, 30 en Villavicencio, 18 en Cartagena, 14 en Cali, Montería y Neiva, 13 en Barranquilla, 12 en Medellín y Santa Marta y 10 en Cúcuta, Ibagué, Maicao, Yopal y Riohacha.

El 0,4% de familias colombianas consume agua embotellada, es decir unas 53 mil familias . A pesar de que este porcentaje es bajo comparado con otros países como Italia, el primer consumidor del mundo donde el 85% de las familias consumen agua embotellada, es importante tomar en cuenta su alta tasa de crecimiento igual al 12% anual en promedio.

Figura 1. Crecimiento del mercado de agua embotellada en Colombia (1999- 2004)

Fuente: RADDAR – Elaboración propia
Las regiones donde se consume más agua embotellada son San Andrés y Providencia (coincidencialmente donde existe menos cobertura del acueducto público), Orinoquía y Amazonía.

Como era de esperar, los estratos más altos destinan una mayor cantidad de dinero para el consumo de agua embotellada. Los estratos de ingreso altos destinan para la compra de agua embotellada cerca de $600.000 al año y los estratos bajos gastan aproximadamente $100.000 anualmente.

Figura 2. Consumo de agua embotellada por nivel de ingresos per-cápita (1999-2004)


Fuente: RADDAR – Elaboración propia

Sin embargo, para los estratos altos el consumo de agua embotellada solo representa el 0.03% de sus ingresos, mientras que para los estratos bajos es el 0.09 % de sus ingresos, es decir que para la gente más pobre el consumo de agua embotellada implica una mayor carga económica (véanse las figuras 2 y 3).

Figura 3. Consumo de agua embotellada por nivel de ingreso (% del consumo) (2004)


Fuente: RADDAR – Elaboración propia

A pesar de que el agua embotellada es más o menos 1000 veces más cara que el agua de grifo, la gente la consume por diferentes razones. En algunas regiones como en San Andrés y Providencia por que la cobertura del acueducto público es muy limitada y no tienen otra fuente de aprovisionamiento. Algunas personas piensan que el agua embotellada es de mejor calidad que la del grifo. O simplemente consumen agua embotellada por que les parece de mejor sabor.

El agua embotellada no necesariamente es de mejor calidad que la del grifo, según un estudio realizado en Estados Unidos, el 25% del agua embotellada es simplemente agua del grifo en botella . En Colombia, las Empresas Territoriales de Salud son las responsables de la inspección, vigilancia y control de la calidad del agua embotellada (o envasada), falta por verificar si estas entidades están cumpliendo con su labor. En algunas regiones del país han aparecido un sin número de envasadoras de agua algunas con la etiqueta de “agua hervida”, de dudosa calidad.

Así, debido a que el gobierno no cumple con su obligación de asegurar la cobertura y calidad del agua a la población colombiana se incentiva cada vez más a que este recurso vital se convierta en un negocio y se intercambie como una mercancía, de la cual se puede obtener ganancias y a la que pueden acceder sólo quienes tienen dinero para pagarla.

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